5 feb 2008

Entrevista a César Miguel Rondón

César Miguel Rondón:
“Para reconciliarse sólo hacen falta ganas”

Uno de los comunicadores y locutores más reconocidos de Venezuela nos relató acaecimientos de su vida que son merecedores de llevar a la gran o pequeña pantalla… incluso recopilar en un libro. Medios que ya cuentan prestigiosamente con la firma de César Miguel Rondón. Un hombre para quien los amigos y familia son piezas claves de su éxito y está comprometido con su ciudad y su país.
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Por Evelyn Chacón P. para la revista OC Magazine (oct.2007)

Al referirse a César Miguel Rondón, es común encontrar adjetivos como seriedad y profesionalismo alrededor de su nombre. Todo ello es muy cierto, pero este exitoso comunicador social y locutor, también publicista, empresario, escritor, productor y ejecutivo de medios tiene un gran sentido del humor y anécdotas infinitas que contar.

Su amor por Venezuela, y sobre todo por “su ciudad”, Caracas, sale a relucir espontáneamente con cada pregunta que responde. Y aclara que en parte es motivada por las vivencias de sus padres y la educación que le inculcaron.

César Miguel Rondón nació en México, junto a otros dos de sus cinco hermanos, luego de una salida forzosa que debieron hacer sus padres de Venezuela. Cuenta –mirando al infinito como viendo una vieja película- que sus padres se casaron en la Cárcel Modelo de Caracas, ya que su padre era preso político, su madre no estaba detenida pero también era activista contra la dictadura de Pérez Jiménez.

Les permitieron contraer nupcias, y al terminar el acto la recién Sra. de Rondón salió a festejar acompañada de unos amigos su nuevo estado civil. Curiosamente tan singular evento fue reseñado por la prensa de la época con una fotografía de la novia sola. Unos días después sale el padre de César Miguel y esposado se reúne con su esposa para embarcarse a La Habana, de allí viajan a México, donde ya existía una importante colonia de exiliados venezolanos.

Al llegar, los alberga Andrés Eloy Blanco –quien luego se convertiría en padrino de bautizo de César- justificando frente a las autoridades que el Sr. Rondón sería su chofer, lo curioso de la mentirilla blanca es que Eloy Blanco no poseía vehículo en aquel momento. También establecieron una estrecha relación con Lucía Velázquez –a quien César aún trata de tía y le pide la bendición-, amiga muy cercana de Hilda Gadea (primera esposa de Ernesto Ché Guevara), y quien presentara al Ché y a Fidel Castro.

Al caer la dictadura en Venezuela, el primer o segundo avión que salió de México con exiliados traía a la familia Rondón de regreso a su país. Entonces es natural que en todos haya un inmenso agradecimiento por la tierra que les abrió los brazos cuando debieron huir. Se radicaron nuevamente en la capital, primero en Propatria, luego en el Paraíso, también por Vista Alegre y finalmente echaron raíces en su propia casa: “La Rondonera”.

Periodista y empresario desde la niñez
Al preguntarle por los motivos que lo llevaron a acercarse a los medios de comunicación, César Miguel ríe, suspira y relata que gracias a la máquina de escribir de su papá escribía un periódico al que llamó “La Ratonera” en alusión al nombre de su casa. La sección más leída era Sociales ya que allí contaba los secretos, los asuntos privados de la familia. Alquilaba la lectura de la hoja a una locha y quedaba esperando a que la terminaran de leer para pasársela a otra persona curiosa.

Ese deseo de informar siguió por el resto de su niñez y adolescencia. Ya siendo estudiante de Filosofía en la Universidad Central de Venezuela hacía crítica de cine apadrinado por uno de los intelectuales más importantes del siglo XX en Venezuela, el profesor Juan Nuño. En el año 1.972 a César le llega el pitazo de que vendría de visita al país el galardonado e irreverente director italiano Marcos Ferreri (La Grande Bouffe, 1973) y no podía perderse la oportunidad de entrevistarlo.

No tenía fotógrafo, así que le dijo a su amigo, el reconocido comunicador y crítico de arte Juan Carlos Palenzuela, que consiguiera una cámara y lo acompañara. “Juan Carlos sólo encontró una Istamatic. De tal manera que ese par de muchachitos se le aparecen al maestro Ferreri con una camarita… seguro que habrá pensado: qué irresponsabilidad tan grande del tercer mundo” recuerda entre risas César Miguel.

Admite que posterior a la corta entrevista recibió una gran sorpresa y satisfacción al verla publicada en página completa y con una fotografía muy gris y lavada en Papel Literario de El Nacional.

Entrevistar y ser entrevistado
Para una persona que hoy en día hace un promedio de nueve entrevistas diarias y ha tenido la oportunidad de dialogar con un amplio número de personalidades o actores del acontecer nacional, la entrevista es siempre un reto. “Es una mezcla de curiosidad y deseo de escuchar”. Recuerda que un Ministro de la Defensa reciente le insistió mucho en que le enviara previa a la cita la lista de preguntas, y le contestó que no lo hacía básicamente por dos razones: “porque éticamente no es correcto y porque nunca sé exactamente qué preguntaré”.

Sigue explicando: “puedo informarme mucho sobre quién es la persona y saber de antemano sobre qué voy a preguntar, pero la entrevista me la da la conversación, de allí es que surgen las preguntas”. El éxito de ellas –continúa- es lograr que el entrevistado baje la guardia: es un acto de seducción… a menos que la persona a la que estés entrevistando te seduzca a ti, en cuyo caso quedas bastante desarmado”.

César trae a la memoria la entrevista que le hizo a la Sra. Chavela Vargas hace algún tiempo: “En ese momento ella podría tener 89 años. Llega al estudio esta señora, hito en la cultura Latinoamericana”. Hace una pausa para mencionar que sin importar la cantidad de cirugías plásticas que alguien se puede hacer, las manos siempre delatarán la vejez pero los ojos evidenciarán la juventud dentro de ese cuerpo.

“Entonces, cuando yo empiezo a manejar con todo mi profesionalismo la entrevista, esa señora me clava por delante un par de ojos tan agresivamente femeninos que me intimido. Son tan femeninos, tan de mujer sensual, que de inmediato dejó de tener 89 años para tener la mitad. La actitud que pensaba tener frente a ella se desarma por completo. Lo más increíble es que al preguntarle cuál consideraba que era la pareja ideal, me respondió –con un aumento en la intensidad de su mirada- que sería un hombre joven con mucho que aprender y una mujer mayor con mucho que enseñar… por suerte se terminó el tiempo…”

César Miguel Rondón ha entrevistado y lo han entrevistado sobre cualquier tema (incluso sobre sexo y comida afrodisíaca). Seguramente se debe a que –tal como se lo dijo una fiel fanática de uno de sus programas radiales: “Vive las entrevistas que hace” sin importar si es dirigida a un político, a un dentista o a uno de los miembros del Proyecto Cumbre “… parecía que llevaba a cuestas el morral y sentía frío al hablar del viaje al Everest”.

Viejos y nuevos proyectos
César Miguel Rondón tiene en su haber una larga lista de telenovelas (Kaina, El Sol sale para todos, Niña Bonita, Guerra de Mujeres, etc.), guiones cinematográficos (Cangrejo II, Desnudo con Naranjas, entre otros), series para TV (Los Últimos Héroes, Vía crucis en el Barrio, etc.) y publicaciones (El Libro de la Salsa y País de Estreno).

“Cuando escribí mi primera telenovela en 1982, Ligia Elena, lo hice por un accidente muy peculiar. Estaba convencido de que sería la primera y la última, pero llegué a escribir creo que un total de 12 últimas telenovelas. Ahora soy asesor de dramáticos en Venevisión, una labor que me da mucho gozo”.

Al preguntarle por el exitoso Libro de la Salsa, vuelve a reír mientras recuerda y dice: “César Miguel no baila salsa como muchas quisieran que lo hiciera. Una vez en Colombia mientras presentaba el libro, una bella colombiana me preguntó pícaramente si yo bailaba salsa. Yo le respondí que siempre que haya que defender la patria yo salgo adelante”.

Se declara un melómano empedernido, que hace todo con la música presente. Describe que cuando empezó la fiebre por el iPod se negó a usarlo, pero ahora tiene nueve mil canciones en el suyo y orgullosamente afirma que todas han sido obtenidas de los mismos discos que guarda en su casa.

La reconciliación
Algo que ha descubierto César Miguel, luego de años haciendo entrevistas a personas con ideologías distintas, es que “no hay nada más sabroso que hablar y escuchar. Entendí que si los venezolanos nos oyésemos un poquito pudiésemos encontrar el punto de reconciliación. Para reconciliarse definitivamente las partes deben tener el deseo de hacerlo, sólo basta vernos, hablarnos, invitarnos un café o darnos un abrazo”.

Para César la base de todo lo que el ser humano hace se debe al concurso de otras personas, así que para construir la mejor ciudad, el mejor municipio o la mejor familia hay que hacerlo de manera colectiva, con el apoyo de todos. Asevera que no hay que esperar por la ayuda de un dirigente político o empresarial, ya que a medida de que todos hagamos nuestro trabajo diario lo mejor posible estaremos contribuyendo con el futuro del país.

Respecto al índice de venezolanos que han salido del país o quieren hacerlo debido a la situación que se enfrenta actualmente, César indica que la tasa no es tan alta como se podría sospechar, existe una fe intacta que hace que la gente mantenga unas esperanzas inmensas. Asegura que habrá mucha otra gente que se vaya antes de que él abandone su tierra, a pesar del dolor que le produce ver a su ciudad cada día más deteriorada, más herida y más violentada. Insiste en que estará aquí dando la bienvenida cuando los venezolanos que se han ido vuelvan.

Preguntas cortas, respuestas profundas
1.- ¿A quién admira?
Hay mucha gente que admiro y respeto, entre ellos a mis amigos y familia. A Ibsen Martínez, Alberto Barrera, Leonardo Padrón. Yo suelo respetar y admirar mucho a la gente que me rodea, pues creo mucho en la amistad. Yo creo que sólo la unión de muchas personas garantiza el éxito.
2.- ¿Canción favorita?
Indiscutiblemente “With a Little help of my friends”. Creo militantemente en eso. No he logrado nada en la vida sin el apoyo de otros.
3.- ¿Algún hobbie?
Vivir es mi hobbie
4.- ¿Alguna frase en mente al despertarse y al acostarse?
En la noche me acuesto con muchos pensamientos y por lo general cuando me levanto siempre me preguntan “cómo amaneció y yo respondo amanecí, eso es lo importante”.
5.- ¿Una frase final?
Siempre digo “que este sea para usted el mejor día que le sea posible”. No importa el estado en que se encuentre, una recién casada saliendo a parís o una persona con un familiar enfermo en una clínica...

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